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Celler de Can Roca: cocina de a tres

Escrito por Paula Loughry

El pasado 1° de junio el mundo gastronómico esperaba expectante la resolución del World’s Best 50, premio que otorga la revista británica Restaurant. Como ya había ocurrido en 2013, el Celler de Can Roca obtuvo el primer puesto que lo coronó como el mejor restaurante del mundo.

“Nadie lo esperaba, pero los nervios se hicieron sentir de igual manera”, cuenta Francisco Tolosa, un chef argentino egresado de Ott que está realizando una pasantía en el restó español. Los hermanos Can Roca – Jordi, Joan y Josep – inauguraron el Celler en agosto de 1986 pero su amor por la cocina nació mucho tiempo antes: fueron criados en el bar de sus padres, siendo su madre la gran musa inspiradora. Tolosa explica que al momento de la premiación, los casi veinte empleados y cincuenta pasantes del Celler se encontraban en el restaurante de los padres, a excepción de los hermanos Can Roca, quienes presenciaron la entrega en Londres.

Esta especie de trípode que forman los hermanos es lo que sostiene y mantiene vivo al Celler, un restaurante de cocina de vanguardia basada en la zona mediterránea con reversiones de la cocina clásica que estará de gira del 4 al 8 de agosto en Buenos Aires.

Esta especie de trípode que forman los hermanos es lo que sostiene y mantiene vivo al Celler de Can Roca, un restaurante de cocina de vanguardia basada en la zona mediterránea con reversiones de la cocina clásica. “Estando desde el lado de adentro puedo decir que se preocupan mucho por ofrecer la máxima calidad en cada servicio, como si fuera el último”, explica Tolosa y afirma que trabajar en el Celler despierta una motivación extra cada día, exigiendo al máximo: “Constantemente estás aprendiendo, a cada hora y a cada momento. Sería infinita la lista de cosas nuevas que aprendí aquí, tanto de los otros stagers como de los jefes de partida u otros colegas”.

Actualmente el jefe de cocina es Hernán Lucchetti, un chef argentino que estudió en Ott y fue quien le dio la posibilidad a Francisco de realizar una pasantía por tres meses y medio en el mejor restaurante del mundo ubicado en Girona, una ciudad al norte de Cataluña. Un salón moderno de forma triangular recibe de martes a sábado a las setenta personas que degustan los típicos platos del Celler bajo techos altos de madera clara y paredes blancas; un pequeño jardín interno con árboles le da ese toque que lo hace mágico.

Muchas son las cosas que reúne el Celler para obtener dicha distinción: tal vez sea la pasión con la que trabajan los tres hermanos o la creatividad que tienen sus platos, pero lo cierto es que desde 2009 mantienen tres estrellas Michelín, la calificación máxima.

Con una carta no muy amplia y precios que oscilan entre los 170 y 190 euros – más el maridaje de 90 euros- , el Timbal de Foie Gras y Manzanas, es el plato destacado que mantienen desde 1998. El mismo consta de un paté de foie gras (hígado de pato) con láminas de manzana caramelizada, una combinación clásica infalible.

El premio que obtuvo recientemente no cambió el desempeño del restaurante, que sigue funcionando al cien por ciento con reservas para dentro de once meses. Esto explica el por qué Francisco Tolosa no puede decidirse a la hora de elegir un plato del Celler de Can Roca: “la experiencia de venir a cenar al restaurante la hacen todos los platos y no uno específico. Creo que destacar uno por sobre el resto sería injusto y estaría desequilibrando un menú que está pensado en cada detalle desde principio a fin”.

Habrá que viajar a Girona para comprobarlo, o esperar hasta agosto cuando se instalen con todo su equipo en Buenos Aires para empezar la segunda gira mundial del Celler de Can Roca.

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Sus platos podrán ser degustados del 4 al 8 de agosto en la Rural, en un evento promocional organizado por el banco BBVA para sus clientes.

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