El festival consistió en la proyección de tres cortometrajes y su posterior evaluación por un jurado que estaba comprendido por Alejandro Frango, filósofo y profesor de Ott; Adela Salzmann (montajista) y Brenda Dupertuis (directora de sonido y pastelera en Almacén Ott Gourmet). Los cortos resultaron seleccionados entre otros cuarenta y cinco, fueron elegidos por los estudiantes de la carrera de Relaciones Públicas, a quienes la profesora Adriana Bruno les encomendó la tarea de contactarse con creadores cinematográficos de la comunidad de San Isidro para organizar este evento.
Entre vino tinto y chipá se proyectaron los cortometrajes, moderados por el siempre histriónico y sagaz Alejandro Frango. Relacionó los cortometrajes a sus viajes por Mongolia y la literatura argentina. Reflexionó de manera aguda sobre el uso de la palabra y el silencio, las diferencias entre culturas, la infancia y las nuevas tecnologías en nuestra realidad contemporánea.
Fratricidio, de la estudiante de cine Sofía Petersen, fue el corto ganador tanto de la votación del público, como la del jurado. “El corto lo hice en primer año de la facultad y es la primera vez que lo proyecto frente a tantas personas. Me encantó poder escuchar lo que otros opinan al respecto y ver las diferentes visiones que genera”, cuenta orgullosa Sofía, quien está cursando segundo año en la Fundación Universidad de Cine.
Los otros dos cortos proyectados fueron Siempre, de Macarena Sol Grau, estudiante de Diseño de imagen y sonido en FADU; y Un regalo de cumpleaños de Julia Gattorna Knapp, estudiante de Comunicación social en la Universidad Austral. Tres jóvenes realizadoras con una mirada aguda para abordar sus relatos.
“Los tres cortos me parecieron técnicamente una maravilla, los gocé enormemente y todos me remitieron a mundos literarios”, explicó Alejandro Frango luego de su proyección.
