Roxy pasó varios años detrás de un escritorio pero algo en su interior siempre le dijo que no estaba haciendo lo que le hacía feliz. Hace poco decidió que ya era el momento de dejar los miedos de lado y aventurarse a lo desconocido. No fue fácil, o eso es lo que siempre creímos, que todo cambio acarrea pesar, pero cuando finalmente tomó la decisión su cuerpo le sonrió y se lo agradeció.
Hoy vive de lo que ama, de lo que disfruta. Su casa, su lugar sagrado, se convirtió en un lugar donde las personas llegan a reencontrarse consigo mismas. La meditación con cuencos, la lectura de la Carta Maya son algunas de las herramientas que ofrece para reeducar hábitos y llegar a un estado de paz interior. Seguramente se levanta más temprano que antes, y muchas veces se va a dormir más cansada, pero con la diferencia de saber que hoy su energía esta puesta en el lugar correcto.
Nuestro cuerpo nos habla y no hay que luchar contra él. Creo que lo fundamental es empezar a respetarse y ser fieles a lo que sentimos. Decidirse por un viaje, renunciar a un trabajo, empezar un emprendimiento propio. Hoy en día son cada vez más las personas que se animan a vivir de lo que aman, logran romper estructuras para tirarse a la pileta y lanzarse a lo desconocido. Entre los ruidos externos generados por opiniones ajenas hay que saber escucharse, lidiar entre el que dirán y lo que nos dice el propio cuerpo. Conocerse, valorarse para, finalmente, animarse a saltar.
Velez Sarsfield 2941, Victoria.
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