Nro 11 Vocación & Propósito

Rembrandt: la llegada de una buena noticia

Escrito por Nicolás Ring

Durante el siglo XVII en Holanda, y en pleno desarrollo del movimiento artístico denominado «Barroco», se hará eco el octavo hijo de un simple molinero llamado Rembrandt Harmenszoon van Rijm. Dicho artista obsesionado con los relatos bíblicos del Nuevo Testamento, utilizará todo sus talentos para retratar sobre un lienzo uno de los relatos más famosos de Evangelio según San Lucas: La parábola del hijo pródigo. 

Esta parábola nos habla de cómo el hijo menor de una familia le exige a su padre la parte de la herencia la cual la despilfarrará en banalidades y actividades superfluas, para finalmente regresar pobre y avergonzado a su padre y su hermano mayor.
Rembrandt decide en este caso retratar el cenital de la parábola, cuando el hijo desdichado regresa al abrazo misericordioso de su padre. Una de las características del estilo Barroco es ser pionero en la utilización de la luz como recurso expresivo y, Rembrandt nos demuestra su dominio de dicho aspecto con gran maestría. En el caso de “El regreso del hijo pródigo”, los eruditos del arte han concluido de que la mayor concentración de la luz en la obra se centra en las manos del padre, las cuales tienen un rasgo inconfundible del resto de la obra. Ambas manos son extremadamente diferentes.
Si se observa la mano derecha angosta y de dedos finos y alargados podemos dilucidar rápidamente que la misma expresa lo femenino del ser, expresa en ella cualidades como el cuidado, la protección, aspectos propios de dicha polaridad. La mano derecha, ancha y de dedos gruesos reflejando la masculinidad del ser, remarcando del mismo
aspecto como el sostén, la fuerza.
Otro aspecto que cabe destacar son los rostros del padre, de una mirada misericordiosa con los párpados bien extendidos diseccionando la mirada al hijo cuyo único rasgo levemente visible es la boca y el resto de su rostro hundido en vergüenza en el vientre de su padre aludiendo a una representación metafórica del seno materno, como se menciona en el Evangelio según San Lucas: cpítulo 15, versículo 21.
Esta obra de más de 350 años de antigüedad posee una vigencia extraordinaria debido a que nos permite discernir nuestras luces y nuestras sombras, nuestro excesos y el equilibrio, y en ese discernir tomar conciencia; de que nunca es tarde para volver a nuestro centro, de reconectarnos con nuestra esencia más elevada, lo que el Evangelio retrata como «El Padre». En el campo de la etimología la palabra Evangelio proviene de dos palabras del antiguo griego. Eu que significa bueno/a y angelion que significa noticia. El retrato de ´´ El regreso del hijo prodigo ´´ de Rembrandt, es sin duda una buena noticia, un Evangelio pintado.

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