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Santiago Merlo: »Argentina es el octavo país más grande del mundo, posibilidades tiene que haber de sobra»

Santiago Merlo tiene 26 años y decidió mudarse de Buenos Aires y probar suerte en otra parte del país. En esta entrevista nos explica su camino a un fenómeno cada vez más frecuente entre los jóvenes argentinos

Andi: Santi, hace tres meses que vivís en Puerto Madryn y me decís que encontraste tu lugar en el mundo. Contame, ¿cómo fueron tus años previos antes de llegar a tu lugar?
Santiago: Mis años previos fueron prácticamente en Buenos Aires (risas). Nací en Córdoba y viví ahí hasta los 6 años, después mis papás se mudaron a Buenos Aires porque para ese entonces el »futuro» estaba en la gran ciudad. De ahí en más ese »futuro» fue un presente plagado de muchos cambios, barrios, escuelas, problemas familiares y muchos vaivenes económicos.

A: ¿Cómo era tu rutina porteña?
En la secundaria me sentía algo improductivo: malas notas, repetir años y muchos cambios de colegios. Por suerte entendí de más grande que no era un error mío, sino que eran factores externos. Esto me lo hizo entender un profesor de Educación Física que tuve en la secundaria, por eso mismo decidí estudiar esa profesión. Tuve un popurrí de trabajos y rutinas; levantarme a las 6 AM para salir corriendo al laburo hasta las tres de la tarde y volver a correr para llegar al entrenamiento de atletismo, y seguir corriendo en el entrenamiento para ir a la facu hasta la medianoche. Ahora que lo pienso, fue todo disciplina y eso me dio poder de adaptación.

A: ¿En qué decantó ese poder de adaptación?
Hoy, siento que me benefició en los cambios que hice para mi vida. Año tras año, mes a mes y día a día. Soy docente de Educación Física y me doy cuenta que el aprendizaje es un camino y, como todo camino, tiene curvas, subidas y bajadas y, si bien hay momentos difíciles, no hay que rendirse, hay que adaptarse y superarlo.

A: Ese »futuro» tan esperado de la capital, ¿llegó?
S: Inevitablemente el futuro llegó; para mi familia no como se lo dibujaron, y para mí con una pandemia cuando terminé el profesorado (risas). Con la pandemia tuve mucho tiempo de reflexión y praxis, me cayó la ficha. Buenos Aires es una ciudad con mucha competencia para muy poco trofeo. Hoy estoy en otra provincia; el camino inverso del que eligieron mis padres para mi »futuro». La gente cree que Buenos Aires es el futuro, pero la crisis está en toda la Argentina; luchar, hay que luchar en todos lados.

A: Tu caso no es el único, pero sí en toda la Argentina hay que luchar: ¿Por qué no hacerlo en Buenos Aires?

S: Puerto Madryn me cambió la vida. Apenas llegué, la misma gente del lugar te aconseja adónde dormir u hospedarte, qué trabajos hacer, cómo subsistir, y entienden por qué uno se aleja de Buenos Aires. La lucha en Buenos Aires es más violenta, los golpes son más fuertes económicamente, la desigualdad y competencia laboral te hacen un knock out en los primeros pasos de tu vida, la delincuencia te deja tirado,, en la lona; es mucho más explícita y violenta, al menos, en mi experiencia.

A: ¿Qué consejos le das a alguien que quiere hacer un camino parecido al tuyo?
S: Yo me alejé por mi cuenta, con un pequeño bolso en donde guardé más currículums que remeras. El día que salí de mi casa, me dije a mi mismo: Santiago, pueblo o ciudad al que llegues, arriesgate, hablá y entregá tu currículum adonde sea. Argentina es el octavo país más grande del mundo, posibilidades tiene que haber de sobra, no puede ser que todo esté en Buenos Aires.

A: ¿Cómo comenzó tu mudanza?
Comencé viajando a Puerto Madryn con intención de seguir por Ruta 3, pero esta ciudad me abrió los brazos al instante, en mi caso como profesor de Educación Física. La gente me decía que en invierno se cortaban las actividades al aire libre; hoy lo que hago es adaptarme al clima y no parar de dar clases personalizadas. Es más, ya estoy abriendo un grupo de running-turístico para los locales y el turismo extranjero. La idea es hacer un recorrido de 3 kilómetros cercano a la costa para presenciar el juego de las ballenas francas australes, todo acompañado de una preparación física para todas las edades orientada al running, que se puso de moda en los últimos 10 años. Esto, combinado con el avistaje de este animal único es una experiencia subime.

A: Viviendo en Madryn, ¿ves otras posibilidades laborales?
Sí, hay mucha necesidad de mano de obra: carpinteros, albañiles y toda actividad orientada a la construcción. El turismo es mucho, pero falta personal capacitado: Se necesitan cocineros en los restaurantes y ayudantes de cocina en temporada, camareros y guías turísticos que sepan hablar inglés, y si es posible alemán o francés. Creo que las provincias obligan a uno a adaptarse y emprender un proyecto, innovar y dar algo nuevo; en mi caso clases de entrenamiento físico en una ciudad que en invierno el deporte no florecía.

Instagram de Santiago: @stgomerlo

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