¿Qué son los Sarcomas?
El sarcoma de tejido blando, también conocido como sarcoma de partes blandas, son un grupo de tipos de cáncer que comienzan en los tejidos conectivos que soportan y conectan el cuerpo, como ser los vasos sanguíneos, las células grasas, en el recubrimiento de las articulaciones, los vasos linfáticos, músculos, nervios y tendones.
El cáncer se origina cuando las células sanas cambian y proliferan sin control. De esta manera forman una masa llamada tumor que puede ser canceroso o benigno. Un tumor canceroso es maligno, lo que significa que puede crecer y diseminarse a otras partes del cuerpo, lo que se denomina metástasis. Un tumor benigno significa que el tumor puede crecer, pero no diseminarse.
Si hablamos de porcentajes y estadísticas, el 60 % comienza en el brazo o la pierna, el 30% empieza en el tronco o abdomen y el 10% se produce en la cabeza o el cuello. En 2021, un estudio de la American Society of Clinical Oncology estimó que se iba a diagnosticar el sarcoma de tejidos blandos a alrededor de 13,460 personas (7,720 hombres y niños y 5,740 mujeres y niñas) en los Estados Unidos.
El sarcoma es raro y constituye alrededor del 1 % de todos los tipos de cáncer en adultos. Sin embargo, los sarcomas representan el 15% de todos los cánceres infantiles (0-14 años) y el 11% de todos los diagnósticos de cáncer en adolescentes y jóvenes (15-24 años). Los pacientes con diagnóstico de huesos o tejidos blandos tienden a ser más jóvenes que la mayoría de los pacientes con cáncer.
En consecuencia, cuando un sarcoma de tejidos blandos comienza y es pequeño, puede pasar inadvertido, rara vez el sarcoma de tejidos blandos causa síntomas en las etapas iniciales. El primer signo de un sarcoma en un brazo, una pierna o el tronco puede ser un bulto o hinchazón sin dolor. Pero la mayoría de los bultos no son sarcomas.
No obstante, a medida que el sarcoma crece, puede interferir en las funciones normales del cuerpo. Hasta ahora se han descrito más de 50 diferentes tipos de sarcomas de tejidos blandos y cada uno tiene una historia natural diferente, es decir, dónde comienzan, como afectan el cuerpo, qué tan rápido crecen y cómo responden al tratamiento.
Si bien se desconocen las causas del desarrollo de los sarcomas, existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollarlos.
- Radioterapia previa. Las personas que recibieron radioterapia por tipos de cáncer anteriores, generalmente más de 5 años antes, tienen un riesgo levemente mayor de desarrollar sarcoma más adelante.
- Genética. Las personas con ciertas enfermedades hereditarias tienen un riesgo mayor de sufrir sarcoma.
- Anomalías del sistema inmunitario. Las personas con problemas en el sistema inmunitario tienen un mayor riesgo de numerosos tipos de cáncer, ya sea por infecciones, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la leucemia linfocítica crónica; o afecciones autoinmunitarias, como el lupus o la psoriasis.
- Linfedema. Las personas que se sometieron a una cirugía o a radioterapia por otros motivos pueden tener hinchazón en un brazo, en una pierna o en otra parte del cuerpo como efecto secundario del tratamiento. Esto se llama linfedema. Por ejemplo, el linfedema es frecuente después de una cirugía de mama, cuando los ganglios linfáticos se extirpan del área de las axilas. También se puede nacer con linfedema. En ocasiones, los sarcomas, como el angiosarcoma, se forman en las áreas donde se había desarrollado el linfedema.
- Sustancias químicas. La exposición en el lugar de trabajo al cloruro de vinilo monómero, sustancia que se usa en la fabricación de algunos tipos de plástico, al agente naranja o a la dioxina puede aumentar el riesgo de sarcoma. Sin embargo, no se conoce que la mayoría de los sarcomas estén asociados a riesgos ambientales determinados.
Formas de Diagnóstico
Para la mayoría de los tipos de cáncer, una biopsia es la única forma segura de que el médico sepa si un área determinada del cuerpo tiene cáncer. Durante una biopsia, el médico toma una pequeña muestra de tejido para hacerle pruebas en un laboratorio. Si no se puede realizar una biopsia, el médico puede sugerir que se lleven a cabo otras pruebas que ayuden a establecer un diagnóstico, como ser una radiografía, una ecografía, exploración por tomografía computarizada (TC), por tomografía axial computarizada (TAC) o imágenes por resonancia magnética (IRM).
Debido a que el sarcoma de tejidos blandos es poco frecuente, un patólogo experto debe analizar la muestra de tejido para diagnosticar correctamente un sarcoma. A veces, el diagnóstico correcto de un sarcoma requiere pruebas especiales del tejido del tumor y es mejor que lo haga un especialista que vea este tipo de cáncer con frecuencia.
Generalidades del tratamiento
En la atención del cáncer, a menudo trabajan juntos distintos tipos de médicos para crear un plan de tratamiento integral de los pacientes que combine distintos tipos de tratamientos. Esto se denomina equipo multidisciplinario.
Dentro de los diferentes abordajes que hay para tratar el cáncer, se distinguen los siguientes: La cirugía, radioterapia, rraquiterapia, radioterapia intraoperatoria,la terapia sistémica (el uso de medicamentos para destruir las células cancerosas), quimioterapia.
Se alienta a que las personas que se recuperan del sarcoma sigan pautas establecidas para tener una buena salud, como no fumar, limitar el alcohol, alimentarse bien y manejar el estrés.
¿Y vos ya sabías que es un sarcoma y cómo se desarrolla?
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