Un poco de historia
En otros tiempos, este pueblo tenía otro nombre, San Antonio de las Invernadas, en 1784 se descubre oro por primera vez ahí, en ríos y túneles. En plena época del Virreinato del Río de la Plata, en 1792 exactamente, deciden fundar el pueblo en honor al Rey Carlos III de España y, a partir de ese momento comienza la fiebre del oro. Llegaba gente de todas partes a enriquecerse de esta nueva fuente de riqueza. Pero luego, debido a las guerras libertadoras comienzan a decaer las extracciones, ya que no había mano de obra suficiente para continuar con la industria. Así fue hasta que mediados de 1800 llegaron compañías inglesas para realizar nuevas excavaciones de túneles. Éstas, realizaron investigaciones, y hallaron que el cerro Tomolasta estaba conformada por grandes cantidades de roca volcánica y que dentro de ella se encontraba el oro. La actividad minera prosperó hasta que a principios del 1900 empezó a decaer debido la escasez del mineral y este, ya implicaba mayor gasto que rentabilidad.
La Carolina hoy
La Carolina ofrece múltiples recreaciones. Tales como la visita a la mina de oro, dónde se cuenta la parte histórica, también enseñan la técnica que utilizaban y hasta se puede probar un poco de suerte en la búsqueda del mineral por los ríos. Luego, no faltan las actividades de turismo aventura como rappel y tirolesa. Por último, las caminatas a los cerros, que son muy atractivas en su versión nocturna, ofrecen una experiencia única, el impactante cielo estrellado, es imposible de olvidar. Cerca de la zona se encuentran lugares con pinturas rupestres. Todas estas excursiones son ofrecidas por Huellas Turismo, sin dudas ellos les brindan una experiencia muy disfrutable.
La Carolina ofrece varios tipos de hospedajes como cabañas y hosterías de diferentes categorías para todos los gustos y presupuestos. Para comer recomiendo el Bodegón de Oro dónde sus platos caseros van a deleitar tu paladar. Si están con ganas de probar cerveza artesanal y helado pueden ir a Km 81, ambos productos elaborados por su propio dueño.
Y, sin lugar a dudas disfrutar de los arroyos y ollas, donde pueden pasar el día en contacto con la naturaleza. Realmente en este pueblito se pueden encontrar todas las comodidades para disfrutar de unas lindas vacaciones. Muy cerca, a unos 22km exactamente, se ubica Inti Huasi que significa “Casa del Sol”. Una imponente gruta natural de origen volcánico. Allí habitaron varias culturas originarias de distintas épocas, la mas antigua fue la Ayampitín. Las excavaciones realizadas en el año 1948 dieron resultados de utensilios y huesos fósiles, objetos veraces, utensilios de huesos, pinturas rupestres y restos humanos con 8 mil años de antigüedad. Lamentablemente las pinturas fueron desapareciendo por motivos naturales. Filtraciones de aguas dentro de la cueva hicieron que se vayan borrando hasta su totalidad. Su entrada es gratuita y cuenta con una guía turística.
Cerca de Inti Huasi se encuentra la estancia del Antu Ruca (Casa de sol), donde crían llamas y se realizan actividades de arreo del animal y todo lo relacionado al hilado y tejido con el vellón de la llama. Por último, para los más aventureros se encuentra el Salto de la Negra Libre donde se realizan excursiones de caminata y se acampa. Súper recomendable.
Sin dudas una región que vale la pena conocer por todo lo que ofrece y dato relevante, no está turísticamente explotado, lo que representa precios más accesibles que en otros puntos turísticos de Argentina. Cuando podamos volver a viajar los invito a que planeen unas vacaciones y descubran por sí mismos todo lo que estos lugares tienen para ofrecerles: naturaleza, aventura, conexión, momentos. Sigamos sumando lugares mágicos por descubrir en nuestro hermoso país.
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