Muchas veces me sentí turista en mi propia ciudad: recorriendo barrios por los que nunca anduve; visitando museos por primera vez o haciendo una visita guiada por el Cementerio de La Recoleta. Buenos Aires ofrece innumerables opciones a la hora de recorrer sus calles y no solo para extranjeros sino también para aquellos porteños amantes del turismo en todo momento. Por eso, la profesora y socióloga Laura Serna, ideó un recorrido histórico por cinco puntos de la ciudad para aquellos que, como dice Laura, “van buscando vivir experiencias que puedan convertir cada visita en algo memorable”.
En el barrio de Almagro se encuentra uno de los bares notables más pintorescos y representa una de las pasiones más arraigadas entre los argentinos: el fútbol. Funciona desde la década del 20 y su nombre actual tiene que ver con su particular decoración: las paredes están cubiertas por más de 600 banderines de clubes de fútbol de todo el mundo, que fueron aportando los mismos clientes. Además se puede disfrutar de shows de tango y, cada tanto, de lecturas de poesía. Don Mario, el dueño, es un personaje típicamente porteño, fanático de River que suele acercarse a los clientes para contarles historias del barrio y por supuesto, de fútbol. Una de las especialidades gastronómicas del lugar es el sándwich caliente de bondiola.
Estas dos maravillas arquitectónicas de Buenos Aires se ubican en zonas más céntricas de la ciudad: el Palacio Barolo eleva sus 100 metros de altura en la porteñísima Avenida de Mayo. Obra del arquitecto Mario Palanti, este palacio está lleno de referencias a la Divina Comedia de Dante Alighieri, el mayor exponente de la literatura italiana. El Palacio, como la obra literaria, se divide en tres partes: Infierno, Purgatorio y Cielo. Sus 100 metros de altura, corresponden a los 100 cantos de la Divina Comedia. Fue el primer edificio de hormigón armado de la ciudad y su majestuosa estructura culmina con un faro giratorio. Las visitas guiadas que se ofrecen pueden ser diurnas o nocturnas. Ambas permiten observar desde lo alto del faro una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
La Galería Güemes se llama así en homenaje a Martín Miguel de Güemes. Es un edificio pasaje que conecta la calle Florida y la calle San Martín mediante una galería de 116 metros en pleno microcentro porteño. Fue inaugurada en 1915 y en el pasado funcionó como lugar de compras y de acontecimientos sociales. Albergaba entonces un salón de eventos, un restaurante y un teatro. Había algunas oficinas y departamentos de lujo para alquilar. Se considera el primer rascacielos de la Argentina. Además de su impresionante arquitectura, la Galería posee algunos datos interesantes vinculados a la literatura. Uno de ellos es que en el sexto piso vivió durante un tiempo Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El Principito. La otra referencia literaria es que la Galería Güemes quedó inmortalizada en uno de los cuentos más célebres de Cortazar: El otro cielo. Al igual que el Palacio Barolo, la Galería Güemes ofrece una vista única sobre la ciudad desde un mirador en el piso 14 a 87 metros de altura.
cabo un enorme trabajo arqueológico, se encontraron laberintos y túneles de más de tres siglos de historia, que hoy en día el visitante puede recorrer adentrándose de esta manera en un viaje al pasado. En las visitas guiadas se pueden observar enormes túneles, cisternas, una celda de esclavos y utensilios utilizados en siglos anteriores. Un viaje hacia las entrañas de la ciudad, hacia túneles y subsuelos que inspiran a la misteriosa Buenos Aires.