Siesta y vinchuca, guitarreada y amanecer, guaracha y polvareda, rancho y tiempo. Las familias del movimiento abren las puertas de sus casas y comparten todo. Su comida: la acelga recién salida de la huerta de Luisa, el cabrito recién carneado, el guiso de cada día. Sus historias: cómo empezó el movimiento con Raymundo y Ángel luchando por una escuela en Saladillo, las dificultades de salud a causa de las plantaciones toxicas de soja y el mal de chagas, los 50 grados del verano. Su forma de vida: amasar tortilla, ir en la zorra a sacar agua del pozo, subir una loma y esperar que cese el viento para captar señal de celular. Su trabajo: limpiar el corral de los chanchos, reunirse con los compañeros para organizarse, cosechar maíz. Te comparten, incluso, su cama para dormir la siesta. Vaya chinita, descanse un poco.
Monte y silencios, luna llena y zamba, lucha y zapateo, sombra y sangre. Para narrar el MOCASE no existen las palabras, existe la experiencia, la compartida. El tomar mates dulces a toda hora, el no sorprenderse por los largos silencios, las caminatas en camino de tierra, o la temporalidad sincronizada con la naturaleza, el camino del caracol. Nos volveremos a encontrar dice Mirta, la vida es como un caracol, en la lucha nos volveremos a encontrar, repite, tomando las palabras de los zapatistas mexicanos con quienes compartió varios congresos. Otro tiempo y también otro espacio: recuperando las tierras o resistiendo en ellas. Un espacio sin divisiones, donde se entremezclan familia, trabajo, política, animales, visitas.
Grito y camino, acordeón y fiesta, adobe y madera, banderas y ceniza. La política como ejercicio cotidiano. La política como construcción de vínculos de igualdad. De lo pequeño a lo grande. Todo se conversa. Se tejen las redes. Campesinos del mundo uníos. Se construye una escuela, una universidad, una radio. En la lucha hay tristezas, hay asesinatos (Miguel Galván y Cristian Ferreyra presentes) pero se sigue caminando con alegría, porque están los logros y las certezas: la tierra es de todos, es alimento para los pueblos. Ni un metro más!
Los productos del MOCASE se pueden conseguir a través de caracoles y hormigas, un proyecto que distrubuye las producciones de pequeños productores, cooperativas de trabajo, fábricas recuperadas, agricultura familiar y organizaciones campesinas y sociales.
It is the little changes that will make the most important changes. Many thanks for sharing!|