Los caballos como maestros: entrevista a un entrenador

Andrés: ¿Con qué métodos te entrenaste para preparar un caballo?

Adri: Prácticamente hay dos métodos: la vieja escuela y la nueva escuela. La vieja escuela me ha dejado la exigencia y disciplina para entrenar un potrillo; si uno no es exigente a esa edad del caballo, este puede reaccionar por puro instinto y puedes llevarte un mal momento. De la nueva escuela me quedo con el juego: este método es más armonioso y conecta verdaderamente con el animal; con el juego uno se puede fundir con el espíritu del caballo y volverse un solo ser. Igualmente me quedo con la nueva escuela, con el juego se aprende.

No es lo mismo entrenar a un caballo para una ruta turística que para una carrera o para volteo. En el caso turístico hay un entrenamiento mental muy fuerte para el animal, tiene que estar preparado para un trabajo rutinario en donde siempre se hace el mismo recorrido y en donde se trata de hacer una »conexión» con un turista que conoce hace apenas 5 minutos.

Para los caballos de competencia es diferente, se trata de quebrar constantemente con la rutina para que el animal no tenga un desgaste mental, aunque se puede llegar a un desgaste físico si no se sabe interpretar al animal de la manera correcta.

Andrés: ¿En qué etapa de tu vida decidiste ser domador y por qué?

Adri: He domado 5 o 6 caballos, pero eso no me hace domador, para eso se necesita toda una vida con el animal y yo apenas tengo 24 años (risas), yo soy entrenador. Cuando era un poco más joven vi como preparaban un caballo y lo llevaban al máximo nivel sin que el animal pierda su nobleza y libertad, eso me pareció un reto para el caballo y un reto para la persona que tiene a su lado.

Creo que es conformarse con poco cada día y al final el resultado se ve y es satisfactorio. Me ha ayudado a cambiar como persona, a ser tranquilo, trabajar y progresar de a poco para conseguir lo que uno quiere, yo diría que los caballos fueron en parte mis mejores maestros.

Andrés: ¿Por qué creés que al turista le gusta hacer actividades con caballos?

Adri: Vienen a quebrar con la rutina y un caballo es algo nuevo para la mayoría (risas), además que conectar con el animal es muy satisfactorio. Pero un turista tiene que saber que puede llegar a conectar solo un 30% con el animal. La conexión verdadera es un circuito cerrado de energía de la persona con el caballo.

Andrés: ¿A qué te referís con un circuito cerrado de energía?

Adri: Es difícil de entender pero una persona que entrena y vive constantemente con los caballos puede conectar energéticamente con estos animales.

El lado técnico es un circuito cerrado de energía. El jinete de doma clásica monta al caballo y crea un circuito; la energía que él hace con las piernas fluye por el cuerpo del caballo y hace que trabaje su musculatura. Los pasos son: Las piernas envuelven la panza del caballo, eso crea energía que va al dorso del animal, de ahí va para atrás a la grupa (glúteos equinos) y baja a los posteriores (patas traseras del caballo). Si este primer paso está bien, las patas de atrás van como un motor; esto hace que el caballo baje la cabeza y se relaje la musculatura de todo el cuerpo del animal. Al bajar la cabeza, la energía fluye y vuelve a la mano del jinete; las manos son el punto más importante, si están firmes se repite el circuito. Gráficamente el circuito simula el símbolo del infinito.