Nro 08 Viajar & Disfrutar

Is this England?

Pude viajar a Inglaterra gracias a la invitación de mi amiga argentina quien me hospedó en un lugar llamado Chesham. En esta nota les voy a contar las experiencias vividas en algunos de los lugares (comunes y no tanto) que visité. 

Avión y areopuerto:

Viajé por primera vez en avión en la aerolínea Bristish Airways. Fueron doce horas de viaje en las cuales disfruté mucho el servicio de los comandantes de abordo, tan amables. Me hacían preguntas en inglés británico y casi que no entendía la palabra water por su acento. Recuerdo que para el desayuno comí un chorizo inglés y un té de English Breakfast. Cuando aterricé llegué al espectacular aeropuerto Heatrow. Es tan inmenso que parece que te perdés en el “departure lounge”. Pero después te das cuenta que los londinenses señalizan todo a la perfección y te tranquilizas. Por lo menos eso me pasó a mí, una Argentina con un aeropuerto no tan grande a comparación. Además, en el mismísimo hay un subte interno que te lleva a diferentes sitios para hacer “departures” y “arrivals”.

Trenes, subtes y calles:

Por las tardes me tomaba el tren con mi amiga desde Chesham hasta el centro de Londres. Me gustaba mucho viajar en trenes ingleses y creo que son los más limpios que vi en mi vida. La vista desde la ventana del “train” en Chesham era una arboleda verde oscura con una saturación color frío que pasaba como una ráfaga. También fui a la “Webminster Station” del “Underground”. El mismo por dentro tiene escaleras mecánicas y siempre está repleto de gente, como en todo Londres. Parece que estás dentro de un centro comercial. Cuando salí del subte, me llamaba la atención un cartel que decía “look right”  impreso en la calle. Como dije, todo está bien señalizado.

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Supermercados:

Cuando me fui de Inglaterra, me compré una “Carrot cake” para hacer en mi casa. Para eso fui al supermercado en Chesham, que se diferencia de los supermercados de Argentina porque tienen un método de pago virtual si lo deseas. Además me impresionó la cantidad de tés que había para elegir allí.

Buckingham Palace:

Pude apreciar a los soldados típicos londinenses con sombreros enromes que no se comparan con ningunos otros.  A su vez, observé las bellas rejas del palacio que son negras con unos detalles excéntricos en dorado.

Green Park:

Es un parque lleno de árboles, ardillas, palomas y con un lago gigante con patos, ideal para descansar. Posee un estilo parecido al Central Park de New York. Caminé por allí y me sentí en un paraíso verde.

Notting Hill:

Recuerdo que es uno de los lugares más hermosos que visité y se parece a “La Boca” de Buenos Aires, pero en vez de colores vivos, los negocios están pintados con tonos pasteles.  Un lindo detalle es que en cada farol había una maceta colgante con flores.

St. Paul ‘ s Cathedral:

Consta de una gran cúpula y dos más pequeñas, su exterior es bellísimo. Tiene un reloj como una imitación del Big Ben en una de sus domos y en la punta tienen una cruz de Oro. Cuando entré vi un vitreaux de colores que me apasionó. Aunque no recuerdo su historia, sí mantengo en mi memoria sus colores tan vivos que se hacían notar por los rayos de sol. Subí millones de escaleras para llegar a la cúpula principal.  Desde ese sitio se veía toda la ciudad de Londres. Veías a la gente cual hormigas, no recomendable para personas con vértigo.

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Torre de Londres:

Es el lugar donde están las joyas y coronas de los reyes pasados. Los rubíes brillaban y estaban muy bien protegidos dentro de un cuadrado de vidrio con sus respectivas coronas.

London Bridge:

El tan adorado London Bridge tiene sostenes celestes, blancos y rojos  que parecen hechos de Legos.

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Abbey Road:

¡No podía creer que pisé la misma calle que Los Beatles! Me saqué veinte mil fotos cruzando. También tomé una fotografía en las paredes del  estudio de la banda ”Abbey Road Studios” que están todas escritas por fans con frases y dibujos de ellos.

British Museum:

 Allí encontré desde momias de Egipto, hasta el Partenón de Atenas. Fue asombroso ver una momia tan bien conservada y también las esculturas griegas de muchos siglos atrás. Este museo contiene piezas de valor de todas partes del mundo.

Londres es una ciudad que nunca va a perder su encanto y vale la pena conocer su infraestructura, pero sobre todo, su cultura.

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